
AUNG SAN SUU KYI
Premio Nobel de la Paz en 1991 por sus intentos de restaurar la democracia en Myanmar (antes Birmania).
Premio a los Derechos Humanos (1991).
Presa y confinada en su casa desde 1989 por protestar contra la dictadura que gobierna Birmania desde 1962.La Junta de gobierno que mantiene el poder en su país no ha ahorrado las invitaciones de exilio a su eminente y enojosa semirreclusa, jugando con el elemento de la separación familiar, como una manera rápida de deshacerse de ella. Un capítulo de esta táctica de acoso psicológico sucedió cuando su esposo, Michael Aris, murió de cáncer de próstata en marzo de 1999, sin volver a ver a su mujer, esperando la visa que el Gobierno birmano nunca le concedió. Otro capítulo sucedió en abril de 1999 cuando al hijo menor, Kim Htein Lin, se le permitió reunirse con su madre por unas horas en el aeropuerto de Rangún.
Reconocida como prisionera de conciencia por Amnistía Internacional, su propósito de que el drama birmano no cayera en el olvido fue recompensado el 14 de octubre de 1991 con el premio Nobel de la Paz, en atención a su "lucha no violenta en pro de la democracia y los Derechos Humanos", y por constituir "uno de los ejemplos más extraordinarios de coraje civil en todo el mundo en las últimas décadas". En su nombre recogió el galardón el mayor de sus hijos, Alexander, de trece años. Ya antes había sido honrada con los premios Rafto de los Derechos Humanos (octubre de 1990) y Sajarov de la Libertad de Conciencia (julio de 1991) concedido por el Parlamento Europeo. A partir del Nobel, la líder de la resistencia civil birmana sería repetidamente laureada, incluyéndose el premio Simón Bolívar (Venezuela, 1992) y la medalla Presidencial de la Libertad de Estados Unidos (2000).
2 comentarios:
¿Y dime, pajarito... qué se hace con tantos "premios"?
Lamentablemente... los premios no SON NADA. Sólo las acciones concretas merecen festejarse.
Sin embargo, las vergüenzas humanas se multiplican...
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