viernes, 21 de diciembre de 2007

cambios



Aunque nada cambie ,
si yo cambio ,
todo cambia.
Marcel Proust

En 1946, el cineasta, poeta y pintor Jean Cocteau estrenó una de las películas más hermosas jamás filmadas: La Bella y la Bestia. Jean Marais, a la sazón amante suyo, llena la pantalla con su magnetismo, su belleza y sus enormes ojos claros. Dota a la Bestia de la majestad y de la melancolía que requiere esta historia de amor aparentemente imposible. Bella, que no sólo es bella sino buena, es fotografiada por Cocteau con reminiscencias de La joven de la perla, de Vermeer.Ella es Diana, la virgen pagana, y Bestia es el sol, con su enorme melena dorada de león hirsuto, ardiendo (literalmente) de deseo.El castillo donde habita ese ser solitario, pasional, intuitivo y desdichado está lleno de presencias: brazos sin cuerpo que sostienen los candelabros, puertas que hablan, espejos que muestran la imagen deseada. Bella se desliza por los pasillos como una aparición (efecto que Coppola plagió en su estimable Drácula), y ambos consiguen enamorarse del otro en esa convivencia forzada y un poco cruel. A pesar de que Cocteau contaba con un presupuesto modesto y utilizó deshechos de la guerra para crear ese maravilloso escenario y ese vestuario deslumbrante, la película brilla en todas sus partes y constituye toda ella un poema.Cuando al final Bestia se transforma en el hermoso príncipe no podemos dejar de sentir en nuestro interior una gran tristeza al saber que nunca más volveremos a ver la presencia poderosa ,llena de fuerza y magnetismo de Bestia.Hoy que vuelvo a ver La bella y la Bestia me vuelve a maravillar su romanticismo surreal. Plagada de erotismo y de pureza, es una obra que permanecerá, porque hay películas que no envejecen y ésta es una de ellas.Aunque la maravillosa banda sonora original fue compuesta por Georges Auric, estas imagenes del Youtube han sido acompañadas por la magia que puso Geroge Harrison , con su tema "Marwa Blues".
Quiero dedicar especialmente con todo mi cariño esta película a nuestro querido amigo Jorge, el Señor del Laberinto, y a todas las hermosas princesas que cada día logran transformar nuestro interior con el poder de sus palabras de amor, reflejo de su interior lleno de luz : Ana, Moony, Anyglo, Sibyla, Nocturna, Zulma, Raizen, Jessica Vega, Muncha de la Torre, Cazadora de almas, Isabel, Iris ,Neli....

3 comentarios:

Isabel dijo...

Bellísima la película y también especialmente la frase de Proust... y es que los cambios empiezan en uno mismo y por dentro. Lo demás importa menos. Un beso y gracias por la dedicatoria.
http://senderosintrincados.blogspot.com

Moony-A media luz dijo...

Jo, Gorrión... tienes el poder de desarmarme las palabras...

Cambios, sí, partiendo de nuestra propia alma, como dice Isabel.

Gracias, gracias, gracias.

Besobesobesobeso.

jorge dijo...

Vengo de la loteria y me encuentro esto.
Estas Navidades ya no necesito mas regalos, estoy colmado.
Inimaginable hacer cine como ese en estos dias de prisa y superficialidad.
Yo, como me parezco mas a la bestia que al bello Marais, casi hubiera preferido que no se trasformara. Que se quedara con el a pesar de su apariencia exterior(que se le va a hacer).
Cada dia me levanto dispuesto a cambiar a mejor, luego entro en ventanas como esta y me es facil perseverar.
Gracias Gorrion
Desarmas las palabras de moony, eso es meritorio.
Un gran abrazo agradecido