miércoles, 12 de diciembre de 2007

manifestación

"Me pregunto cómo pude sucumbir en este vértigo perpetuo que yo mismo provocaba y temía. Flotaba entre nubes erráticas y hablaba conmigo mismo ante el espejo con la vana ilusión de averiguar quién soy. Era tal mi desvarío, que en una manifestación estudiantil con piedras y botellas, tuve que sacar fuerzas de flaqueza para no ponerme al frente con un letrero que consagrara mi verdad: ......Estoy loco de amor. "
Gabriel García Márquez

4 comentarios:

jorge dijo...

Menos mal que has vuelto.
Gran imagen.
Magnifico texto.

jorge dijo...

El video es sensacional.
Pero parece que el mundo camina en otra direccion.
¡Que bueno que nosotros coincidimos en la direccion que elegimos seguir!
2º abrazo del dia

Fernanda Irene dijo...

¡Buenos días! Siempre es gratísimo encontrarse con García Márquez. Anoche, antes de dormir, estuve releyendo "El amor en los timepos del cólera" (novela de la que he tomado prestado el nombre de Fermina Daza), y a esta primera hora de la mañana, te visito, y me encuentro de nuevo con mi autor favorito. El libro al que pertenece este fragmento me encantó, pero sé que con Gabo no soy objetiva, me gusta todo lo que escribe y "Memorias de mis putas triste" me pareció una historia llena de ternura.

Piquito

Irene

Anónimo dijo...

" A pesar de sus treinta años, Berta Young tenía momentos como éste de ahora, en los que hubiera deseado correr en vez de andar; deslizarse por los suelos relucientes de su casa, marcando pasos de danza; rodar un aro; tirar alguna cosa al aire para volverla a coger, o quedarse quieta y reír... simplemente por nada.
¿Qué puede hacer uno si, aún contando treinta años, al volver la esquina de su calle le domina de repente una sensación de felicidad..., de felicidad plena..., como si de repente se hubiese tragado un trozo brillante del sol crepuscular y éste le abrasara el pecho, lanzando una lluvia de chispas por todo su cuerpo?
¿Es que no puede haber una forma de manifestarlo sin parecer “beodo o trastornado”? La civilización es una estupidez. ¿Para qué se nos ha dado un cuerpo, si hemos de mantenerlo encerrado en un estuche como si fuera algún valioso Stradivarius?"

Katherine Mansfield
en "Felicidad"