"Los hombres más
opacos emiten algún resplandor: este asesino toca bien la flauta, ese contramaestre
que desgarra a latigazos la espalda de los esclavos es quizá un buen hijo; ese
idiota compartiría conmigo su último mendrugo. Y pocos hay que no puedan
enseñarnos alguna cosa. Nuestro gran error está en tratar de obtener de cada
uno en particular las virtudes que no posee, descuidando cultivar aquellas que
posee."
"Memorias de
Adriano"
Marguerite
Yourcenar
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