Una mujer contó en la radio lo que le dijo su nieto al volver de la cabalgata :
-- Güelita , Gaspar debe ser amigo de mi padre , porque al pasar , le dijo : ¡Adios , Emilio! .
…cuando esa mañana llegaba de trabajar después de una noche como siempre festiva y agitada , más por tratarse de la misma noche de reyes donde el ambiente que se respira siempre es más propenso para los nervios y la alegría casi infantil , lo único que pasó por mi cabeza cuando subía hacia mi casa por las escaleras ( en este siglo XXI no dispongo de ascensor…y no porque digan que es sano para el corazón ) , a parte de las ganas por lanzarme sobre la cama, fue lo extraño que me resultó ver a esas horas tempranas a tres ancianos , con un aspecto un tanto hipi y excéntrico, que bajaban en aquellos momentos cruzándose conmigo por las escaleras ; un automático buenos días acompañado en su caso por un “feliz año nuevo ¡!” y unas caras sonrientes , …especialmente sonrientes yo diría , fue el único contacto en ese breve momento, aunque no puedo olvidar como al cruzarse conmigo pude sentir en mi cuerpo una extraña brisa que me impregnó de un sorprendente frescor revitalizante , perfume a incienso…quizás benjuí o ámbar y una alegría contagiosa . Sin duda alguna debía encontrarme muy cansado, más de lo que imaginaba y todo era producto de mi imaginación y de todos los brindis que me había permitido hacer con los clientes del bar ; y la cama era el remedio perfecto que necesitaba. Esperaba que al menos, los hijos de los nuevos vecinos , tres familias de Ecuador que compartían aquella minúscula buhardilla desde hacía apenas tres meses , no estuvieran muy agitados y gritones al haber madrugado para ver sus regalos de los reyes magos y me permitieran dormir unas horas. Cuando llegué al fin al último tramo de las escaleras , a mi buhardilla , tuve que frotarme varias veces los ojos porque lo que estaba viendo delante de la puerta de los vecinos me parecía fruto de una segunda alucinación…de mi cansancio…o de un sueño ; sí, quizás fuese eso, que sencillamente hacía rato que ya estaba dormido y soñaba que estaba viendo…..toda esa escena .
Una vez en mi casa…al poco pude escuchar las carreras…las risas…los gritos de alegría…los “mamá!!” , “¡¡papá!!” ,y los “vinieron los reyes…vinieron los reyes” llenos de un entusiasmo solo igualado por las expresiones de los adultos , de sus padres que parecían reir y llorar a la vez. No supe muy bien encontrarle explicación a lo que allí estaba pasando ; sólo sé que me hizo recordar cuando siendo niño en tal día como ese , yo también madrugaba inquieto , saltaba de la cama corría , reía y gritaba de alegría al comprobar que una vez más los reyes magos habían vuelto a visitarme para dejar sus presentes en forma de juguetes pero sobre todo, de cómo su mágica presencia llenaba de nuevo y hasta el año siguiente mi pequeño corazón de nuevas ilusiones , fantasías y amor . Y es que quizás, ese es el verdadero regalo que nos entrega el espíritu de la navidad ;un corazón dispuesto a ser copartícipes durante todos los días del año de esos pequeños milagros cotidianos que logran que los demás sean un poco más felices ; porque como dijo un sabio “Un milagro es cualquier acto de amor” ; por eso nosotros podemos ser un rey mago hacedor de milagros para cualquiera que más allá de toda dificultad , dolor o sufrimiento confíe en su niño interior para volver a tener esperanza en la vida.
Por si acaso , y como prueba, no dudé en hacer una fotografía que ahora quiero compartir con todos vosotros. ¿Sería un sueño? En cualquier caso esto me permite deciros : Gracias a todos vosotros por ser mis reyes magos diarios.
Una vez en mi casa…al poco pude escuchar las carreras…las risas…los gritos de alegría…los “mamá!!” , “¡¡papá!!” ,y los “vinieron los reyes…vinieron los reyes” llenos de un entusiasmo solo igualado por las expresiones de los adultos , de sus padres que parecían reir y llorar a la vez. No supe muy bien encontrarle explicación a lo que allí estaba pasando ; sólo sé que me hizo recordar cuando siendo niño en tal día como ese , yo también madrugaba inquieto , saltaba de la cama corría , reía y gritaba de alegría al comprobar que una vez más los reyes magos habían vuelto a visitarme para dejar sus presentes en forma de juguetes pero sobre todo, de cómo su mágica presencia llenaba de nuevo y hasta el año siguiente mi pequeño corazón de nuevas ilusiones , fantasías y amor . Y es que quizás, ese es el verdadero regalo que nos entrega el espíritu de la navidad ;un corazón dispuesto a ser copartícipes durante todos los días del año de esos pequeños milagros cotidianos que logran que los demás sean un poco más felices ; porque como dijo un sabio “Un milagro es cualquier acto de amor” ; por eso nosotros podemos ser un rey mago hacedor de milagros para cualquiera que más allá de toda dificultad , dolor o sufrimiento confíe en su niño interior para volver a tener esperanza en la vida.
Por si acaso , y como prueba, no dudé en hacer una fotografía que ahora quiero compartir con todos vosotros. ¿Sería un sueño? En cualquier caso esto me permite deciros : Gracias a todos vosotros por ser mis reyes magos diarios.
4 comentarios:
Preciosa historia Javier... y tu tienes ese corazon que permite que todos los dias del año se mantenga la ilusion infantil del dia de reyes.
En cuanto a los tres que te cruzaste por la escalera...muchos brindis esa noche...y un corazon dispuesto a creer en la magia.
Tu si que eres un regalo, y estas navidades nos has regalado unas historias bellisimas.
abrazo
Quién sabe, pudo ser un sueño, o no. Si hay documento gráfico no creo xDDD Un saludo!
Que lindo niño!
Que bien contado!
Qué contagio de emoción.
Gracias a ti.
Precioso texto lleno de encanto, Gorrión!
Prefiero seguir llamándote así :)
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