viernes, 4 de enero de 2008

reyes magos


Desde que era niño , la noche de los Reyes Magos ha sido para mí la más esperada del año ; cuando todas mis fantasías tomaban una forma definida desde el plano de los sueños. Me permití vivir con esta misma ilusión hasta ya muy avanzado en edad ; incluso cuando ya sabiendo la realidad que se escondía tras sus figuras me negué a dejar de disfrutar de la emoción y los nervios de la noche.Disfrutaba de todo el ritual propio del recibimiento de sus majestades desde muchos días antes ; lo primero era escribirles la carta ; al principio con la ayuda de mis padres y más tarde ,cuando logré manejarme con el lapicero , yo solito escribía lleno de orgullo con una letra grande e irregular, donde las líneas tenían vida propia y subían y bajaban sin guardar ningún orden, donde se mezclaban eso sí, los torpes trazos de mis letras con los colores de las pinturas e incluso …con alguna que otra huella de mis manos untadas en mermelada o chocolate. Previamente había hecho un repaso con mis padres sobre los juguetes que quería ( algunos de ellos estuvieron en lista de espera durante años en función , según mis padres que eran muy sabios, de las necesidades de los demás niños del mundo que también tenían que recibir algún juguete) , para una vez que ya tenía bien marcada la orientación paterna sobre lo que los reyes podrían o no traerme,ponerme ilusionado a pedírselos a sus majestades los reyes en la carta . Por supuesto, al final de la carta siempre les indicaba lo buenísimo que había sido durante todo el año ,aunque sabiendo de la portentosa capacidad de sus majestades para saberlo todo , todo sobre cómo nos habíamos portado todos los niños, y no queriendo quedar por mentiroso agravando el asunto prefería adelantarme reconociendo alguna que otra “ pequeña” trastada y travesura ( casi siempre contra mis hermanos pequeños) aceptando la ración de carbón que por ello me tocara, con tal de que al menos me trajeran la mayor parte de los juguetes ( además , a esas alturas yo ya era un niño listo y sabía que el carbón era dulce como el azúcar y se podía comer). El siguiente paso era ir al buzón de correos para echarla yo mismo y así asegurarme que definitivamente les llegaría. El buzón era uno especial que tenía la forma de uno de los reyes magos y que “casualmente” siempre estaba colocado delante de la mejor juguetería de la ciudad…pero claro, eso sólo era para darnos algunas ideas. A mí me impresionaba verlo. Le imaginaba con mágicos poderes, como por ejemplo la imposibilidad para que se llenara por más cartas que le metiésemos ; o cómo desde él llegarían las cartas hasta su destino sin perderse ninguna por el camino. La noche del 5 de enero era cita obligada ir a ver la cabalgata ; al paso del desfile yo miraba fascinado, completamente hipnotizado a los soldados romanos, los egipcios, los pastores, las bandas de música…pero lo mejor, lo más esperado era cuando aparecían uno por uno sus majestades…sentados en sus tronos en aquellas carrozas llenas de luz, desde las que saludaban con una sonrisa mientras nos lanzaban caramelos y nosotros gritábamos el nombre del rey preferido de cada uno, entablándose siempre un gran griterío para llamar la atención del rey que pasara en esos momentos por delante…o sencillamente desbordados por la emoción o el susto nos echábamos a llorar .Después del desfile, esa noche ,escuchábamos una vez más su discurso desde el balcón del ayuntamiento , donde nos pedían ser muy buenos con los papás, los abuelitos, los hermanitos ( aquí yo hacía un glupppp ¡!creyendo que se dirigían en exclusiva a mí) ; donde se nos pedía que no fuésemos egoístas pidiendo muchos juguetes , pero sobre todo….donde reclamaban que esa noche los bebés ya grandecitos dejaran sus chupetes para que ellos se los llevaran para siempre a su lejano reino. Llegábamos a casa extasiados, flotando por la emoción y la felicidad, cansados de tanto gritar ; dispuestos a irnos , por una vez, a la cama sin protestar, habiendo dejado , eso sí, el cubo de agua para los camellos y tres copas de anís y tres polvorones para sus majestades Melchor, Gaspar y Baltasar...y por supuesto intentando siempre mantener un ojo abierto para poder ser testigos de ese mágico momento ; algo que nunca sucedía al quedarnos al poco profundamente dormidos, dominados por el cansancio de la jornada .A la mañana siguiente madrugábamos muchísimo empujados por la emoción incointenible; saltábamos de la cama y veíamos maravillados como prueba definitiva cómo las copas estaba mediadas y los polvorones mordidos ; y a continuación, en el salón, allí teníamos todos los juguetes que nos habían dejado envueltos en precioso papel de regalo…en una escena donde las risas, los saltos, los gritos se añadían a las que en las demás casas del vecindario también se escuchaban ,anunciando que un año más…sus majestades los reyes magos de oriente Melchor,Gaspar y Baltasar habían pasado por nuestras casas. En mi caso nunca faltó el riquísimo carbón pero me daba igual porque yo ya sabía que estaba riquísimo porque era de azúcar y se podía comer. Y así cada año yo esperaba con la misma ilusión el 5 de enero ; así es como todavía hoy siendo adulto , no puedo evitar sentir esos mismos nervios e ilusión que hacen que me vaya a la cama intentando mantener un ojo abierto por si entre las sombras de la noche pudiera por una vez pillar a sus majestades los reyes magos de oriente como prueban sus copitas de anís y los polvorones que les sigo dejando para que repongan sus fuerzas de tan largo viaje !!
Con el transcurso de los años, ya siendo adulto, tuve la oportunidad de adquirir uno de esos raros buzones antiguos de los reyes magos que encontré en una misteriosa tienda de antigüedades. Una vez colocado en un sitio de honor en mi casa, me dispuse a abrirlo para hacer una limpieza en su interior y cual fue mi sorpresa cuando en su interior pude encontrar una carta escrita por un niño posiblemente con más de 50 años de antigüedad donde éste hacía sus peticiones de juguetes con su preciosa letra infantil. Emocionado no dudé en volver a introducirla. Desde entonces, llegadas estas fechas, muchos de mis amigos escriben una carta dirigida a sus majestades los reyes magos de oriente, donde les piden por su bien y el de sus seres queridos , por sus proyectos e ilusiones personales y por todo el mundo en general ; carta que luego introducen por el buzón donde todas van quedando acumuladas desde ya hace unos años y quien sabe si la energía de la ilusión infantil acumulada durante años y años en el interior no podría provocar que les sea otorgado dichos regalos gracias a sus majestades y al llamado espíritu de la Navidad.
En la fotografía podéis ver el buzón mágico de los reyes magos de oriente que tengo en casa.

8 comentarios:

jorge dijo...

Genial entrada, Primero nos recuerdas los reyes de nuestra infancia.
Luego nos sorprendes con tu propio rey.
Y vuelves a sorprender con la acumulacion de deseos y peticiones en el buzon.
genial
abrazo de rey

gorrión dijo...

...mi querido muy querido amigo jorge:
Tú sí que eres genial...tú sí que sorprendes siempre por tus gestos llenos de amabilidad , delicadeza y bondad.....tú sí que eres un verdadero rey mago!!
Graciasgraciasgracias!!
abrazosabrazosabrazos sin carbón!!

Sandra Figueroa dijo...

De niña, cada año esperaba la llegada de los Reyes Magos, con tu texto me has recordado una niñez ya olvidada. Feliz dia de Reyes. Suerte y cuidate.

gorrión dijo...

....querida poetiza muchísimas gracias por participar de un recuerdo que nos devuelve a momentos tan felices de nuestra niñez.Graciasgraciasgracias!
Besosbesosbesos!

Anónimo dijo...

Querido amigo.
¡Qué tesoro mas grande tienes en casa! Y no o digo solo por ese buzón tan especial (con carta incluida) sino por el sentimiento de emoción e ilusión que aun conservas por esta noche mágica.
Pienso que nunca debemos olvidarla, siempre hay que disfrutar de la magia de esta noche y sacar el niño/a que todos llevamos dentro.
Me has hecho revivir muchos momentos de mi infancia, y me senti unido por la ilusión (ya adulta) que aún conservo por estas fechas, en esta noche de Reyes.
Que tengas muchos reyes y muchos besossss.
Neli.

Anónimo dijo...

Qué delicia de relato, y qué encanto de historia, la de la carta escondida en el buzón del anticuario... seguro que es un cofre mágico de los deseoas. Guárdalo bien. Un beso de noche mágica.

AnyGlo dijo...

Lo confieso!!! Este post me ha emocionado tanto, que incluso he llorado!!! No tengo palabras para expresar lo que siento... Es el post más bonito, tierno y especial que he leído en mi vida de "bloguera"!!!!
Creo que para el año próximo, te enviaré por mail mi carta... Me encantaría que formara parte de ese verdadero "cofre de tesoros" que guardas.
Un abrazo. Any

Ana dijo...

NARANJA
PERO NARANJA
NARANJA
jajajajajajajaja.
Besosmil.