Receta para 4 personas
2 vasos de harina, 2 vasos de leche, 1 cucharada de azúcar, 1 cucharadita de levadura ,½ cucharadita de sal ,1 huevo ,3 cucharadas de mantequilla .
Pon la harina en un bol, añade el azúcar, la sal y la levadura y mezcla bien. Vierte la leche poco a poco, sin dejar de batir, incorpora el huevo y sigue batiendo hasta conseguir una masa homogénea. Deja reposar durante 10 minutos aproximadamente.
Incorpora 2 cucharadas de mantequilla fundida ; líquida pero no caliente. Tiene que quedar una pasta fina y compacta (si está muy líquida añadir más harina a la masa de las tortitas) y bate un poco. Calienta una plancha o una sartén antiaderente, úntala con un poco de mantequilla, echa una porción de masa cada vez (2 ó 3 cucharadas) dorándolas por los dos lados.
Se pueden servir con nata montada,mermelada de frutas,chocolate fundido, caramelo... pero recuerda que siempre el ingrediente secreto es compartir los alimentos con los seres queridos.¡Feliz delicia!
Incorpora 2 cucharadas de mantequilla fundida ; líquida pero no caliente. Tiene que quedar una pasta fina y compacta (si está muy líquida añadir más harina a la masa de las tortitas) y bate un poco. Calienta una plancha o una sartén antiaderente, úntala con un poco de mantequilla, echa una porción de masa cada vez (2 ó 3 cucharadas) dorándolas por los dos lados.
Se pueden servir con nata montada,mermelada de frutas,chocolate fundido, caramelo... pero recuerda que siempre el ingrediente secreto es compartir los alimentos con los seres queridos.¡Feliz delicia!
1 comentario:
"Tal parecía que en un extraño fenómeno de alquimia su ser se había disuelto en la salsa de las rosas, en el cuerpo de las codornices, en el vino y en cada uno de los olores de la comida. De esta manera penetraba en el cuerpo de Pedro, voluptuosa, aromática, calurosa, completamente sensual.
Parecía que habían descubierto un código nuevo de comunicación en el que Tita era la emisora, Pedro el receptor y Gertrudis la afortunada en quien se sintiera esta singular relación sexual, a través de la comida.
Pedro no opuso resistencia, la dejó entrar hasta el último rincón de su ser sin poder quitarse la vista el uno del otro. Le dijo:
-Nunca había probado algo tan exquisito, muchas gracias.
Es que verdaderamente este platillo es delicioso. Las rosas le proporcionan un sabor de lo más refinado."
de Como agua para chocolate, Laura Esquivel
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